Por M.A. Aragón
No eran muy halagüeñas las previsiones meteorológicas para esta jornada de fotografía, de hecho, días antes se llegó a barajar la posibilidad de suspender la salida, pero la floración no espera y si queríamos aprovechar para fotografiar el mayor número de especies con las que contamos en Chiclana, tenía que ser ahora sí o sí. Compañeros que hubiesen querido asistir como años anteriores optaron por no desplazarse desde los distintos puntos de la provincia debido a estas inclemencias.
Quedamos a las 8.30 en una conocida venta chiclanera para desayunar, no perdiendo así las buenas costumbres, y que a su vez aprovechamos para comentar el programa del día, y demás asuntos. Tras organizarnos en los coches, nos desplazamos a Pinar de Hierro prestos y dispuestos a gastar “carretes” y compartir una buena jornada de camaradería.
Ya estábamos allí, y así, por cuarto año consecutivo estos parajes nos esperaban, tanto, que hasta el sol hizo acto de presencia a modo de saludo permitiéndonos hacer la protocolaria fotografía de grupo y a su vez darnos ánimos y esperanza en vista de lo que se predecía.
Tras la pose tocaba coger equipos, trípodes y demás cachivaches…algunos hasta aprovecharon ya para enfundarse sus respectivos impermeables. Equipados y ataviados, y sin más dilación, emprendimos el corto trayecto que nos separaba del que había de ser nuestro primer objetivo. De camino empezamos a percibir ya algo de viento, factor este harto molesto para la fotografía macro que era la que nos atañía en el día de hoy.
La Ophrys bombyliflora (orquídea abejorro) fue la primera de las orquídeas de la jornada.
Había varios ejemplares en este punto, y aunque también se encuentran bastante dispersas por todo el pinar, en esta ubicación concreta es donde mayor porte adquieren además de tener relativamente buenas profundidades de campo para el juego de las composiciones.
Al haber al menos media docena de ejemplares “afotables”, y sin estorbarnos unos a otros, pudimos dar buena cuenta de ellas y así apresurarnos para lo que nos quedaba antes de que empezara a empeorar el tiempo.
Un recorrido un poco más largo nos separaba de nuestro siguiente objetivo. Sería en este caso la Ophrys tenthredinifera, (orquídea avispa), que es la más abundante sin duda alguna de este pinar, habiendo contabilizados más de 300 ejemplares en él.
Con esta preciosidad sí que nos recreamos de lo lindo, dada la cantidad y calidad de los ejemplares, habiendo algunos de un porte excesivo para lo que viene a ser los estándares de esta especie.
Aquí los compañeros “disparándole” a diestro y siniestro a la tenthredinifera desde distintos ángulos y otros aguardando turno y conversando…el tiempo de momento respetaba.
La siguiente en “caer” sería la que es a mi juicio una de las más bonitas orquídeas ibéricas. Ophrys speculum (espejo de Venus). También es relativamente frecuente por estos lares, llegando a más de 200 ejemplares a lo largo y ancho del pinar.
En estas fechas es cuando empiezan a florecer al contrario de otras que ya van de paso, no obstante había una docena de ellas en flor que gustosamente se prestaron a ser fotografiadas y a deleitarnos con su innegable belleza.
Tras dedicarle su merecido tiempo, un servidor y los primeros compañeros que habían terminado su sesión procedimos a modo de avanzadilla a dirigirnos a la siguiente especie que “retratar”.
Y como se dice en las sevillanas, vámonos por la cuarta!! Era el turno de la Ophrys fusca (abejera oscura).
De estas sí que había bastantes a pesar de ser unas de las primeras en florecer. La variabilidad de la especie en cuanto a color y formas del labelo dió mucho juego.
Algunos “compis” adoptaron posturas de lo más inverosímil a la hora de la captura buscando su particular punto de vista.
De camino a la siguiente especie, algunos aprovecharon para fotografiar alguna que otra seta de las que nos encontrábamos al paso…dado que este mes de marzo es el tema del concurso mensual de Agafona no iban a dejar pasar la oportunidad.
Aparcando por un momento las orquídeas, nos dirigimos a la Fritillaria stenophylla, planta esta que ha despertado un interés especial en años pasados y que ya se ha convertido en un clásico de estas salidas….no cabía otra que rendirle obligada visita.
Este año se han prodigado de lo lindo y algún que otro ejemplar se puso a “tiro”.
El viento hacía de las suyas a estas alturas de la jornada y el cielo amenazaba lluvia inminente .
Cambiaríamos de género en esta ocasión, y la quinta orquídea en concreto sería Orchis conica, o como ha pasado a llamarse ahora, Neotinea conica, nombre que hace alusión a la forma de su inflorescencia.
Muchísimos ejemplares también este año gracias a que llovió a tiempo, aunque en este caso las pillamos muy al límite de su floración.
A esto sí que puede llamársele acoso en toda regla, nadie molestaba a nadie y tan contentos.
Ya solo quedaba una más, la que sería la sexta, Ophrys scolopax. Se la denomina abejera becada, tal vez por la coincidencia en su nombre científico con el de un ave, la “perdiz becada” o “chocha perdiz”, Scolopax rusticula.
Es la orquídea más escasa de esta pinar con apenas una docena de ejemplares.
Aquí acabaríamos en lo concerniente al pinar…el tiempo apremiaba y a la vuelta acortamos camino por el cerro de La Espartosa disfrutando de unas bellas vistas.
Pero seguíamos con ganas y este año como novedad nos desplazaríamos a Novo SanctiPetri para ver (y conocer en algunos casos) una nueva especie, pero antes, antes….había que comer.
Optamos por hacerlo en la misma venta donde horas antes habíamos desayunado, así que nos fuimos rápido y corriendo dado que el tiempo empeoraba por momentos.
Antes de pasar a mesa, disfrutamos en la barra de unas cervecitas bien fresquitas. La comida fue muy buena, con platos típicos del lugar, y de lo más amena como no podía ser de otro modo...lo hicimos de forma relajada, ya que mientras comíamos vimos como empezaba a llover. Terminados los postres, y a pesar de que la lluvia no cesaba, decidimos que ya que estamos metidos en “fregao” ir a por la séptima y última orquídea del día.
Nos esperaba una especie de género monotípico, toda verde ella, Gennaria dyphylla, (orquídea de dos hojas), que ya por estas fechas van muy de paso. Llegados al lugar, la lluvia dió una breve tregua dándonos la oportunidad de poder fotografiarlas más relajados…eso sí, había que esperar turno como veis en la foto de más abajo…tuvimos la suerte de encontrar algunos ejemplares en optimo estado que aún tenían y merecían buenas fotos. El viento ya no respetaba, pero estas, a resguardo de los enebros apenas “opusieron” resistencia.
Podrían ser perfectamente las 17,30h cuando terminamos la sesión, el día sin duda había sido de lo más provechoso a pesar de la meteorología, y no queríamos terminarlo sin acercarnos a un lugar no muy distante de este último a fotografiar una especie aunque no de orquídea, pero si de lo más atractiva dado su carácter insectívoro, la Drosophyllum lusitanicum, especie en peligro de extinción y poder refrendar así la jornada.
Pero de camino a ella comenzó a llover de nuevo y el viento ya tomó tintes huracanados, tanto que ya en el lugar, cuando un servidor se bajó para advertir a los compañeros que sería tarea imposible, el paraguas quedó literalmente destrozado…no quedó otra que poner punto y final y despedirnos en ese justo momento.
Y hasta aquí todo, el año que viene más, y a ser posible mejor…emplazados quedáis.